Trasnochando en la sala común {Libre}

Pasaban más de las dos de la mañana y Lily no podía dormir. Había tenido un extraño sueño y se había encontrado saliendo de la sala común, concretamente, bajando las escaleras, de las cuales, si no se hubiera despertado se habría caido. Enseguida había vuelto a su sala común, no quería meterse en problemas por su sonambulismo, no por el castigo que pudieran ponerle, sino por lo que pensaría la gente. ¿Cómo la mirarían? Incluso a su madre y sus hermanos les había dicho que ya no tenía tantos problemas con lo de andar sonámbula, pero les mentía. A su padre no podía engañarlo, ya que él también a veces se levantaba por la noche por una pesadilla y ambos se quedaban mirando la tele muggle.
Pues ahora, Lily se encontraba sentada en el sofá de su sala común, observando el mapa del merodeador que le quitó a su hermano James, ya que al fin y al cabo, él ya no lo necesitaba. Iba con el pelo suelto, y un pijama de manga larga, y aún así tenía mucho frío. ¿Estaría enferma? No le importaría saltarse sus clases para descansar en la infermería, pero tampoco quería tener deberes retrasados. Siguió mirando ese mapa, analizando cada profesor que se movía por el castillo.. Le aburría bastante pero, al fin y al cabo, ¿qué podría encontrar? Estaba por salir a dar una vuelta, ya que con ese mapa, jamás la pillarían, pero¿y si se descuidaba? Le gustaría tener la capa de invisibilidad de su padre, aunque sospecha bastante de que la tiene su hermano mediano. Se estiró en el sofá, de vez en cuando mirando su reloj, para ver la hora que éste marcaba.

Había terminado de hacer todos mis deberes, no me gustaba dejar nada para otro día después de todo "para que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy" aquella frase muggle que tanto le gustaba a mi mamá y que siempre eh puesto en práctica, ya que simplemente no me gustaba dejar tarea pendiente. Decidí descansar así que me fui a mi habitación a tratar de dormir...

Ya en la madrugada un sueño me despertó, no sabía porque me desperté ni de que se trataba el sueño ya que lo había olvidado. Tenía la mente más brillante, la lógica más audaz y una de las mejores memorias pero al tratarse de recordar sueños era sumamente terrible, sin importar si era un sueño o una pesadilla simple y llanamente no los recordaba; intenté volver a dormir pero ya no pude así que agarré un libro que me había regalado mi madre "Cuentos de Beedle, el bárbaro" me pareció interesante para leer. Salí de mi habitación con sumo cuidado y bajé hasta la sala común, mientras bajaba me fije que no era la única con insomnio también había una chica con lo que parecía un pergamino en su regazo.

Por mucho tiempo que pasara Lily no conseguía recuperar el sueño, estaba como una rosa, de hecho, podría decirse que hasta tenía ganas de ponerse a saltar por la sala. Esa hiperactividad repentina la sorprendía bastante, pero se quedó en el sofá y siguió mirando ese enorme pergamino mágico. Se preguntaba si su padre sabría que lo tenía ella, o incluso si James se lo quitó. Seguramente sí, al fin y al cabo, su padre no era tonto y de seguro que se había dado cuenta que le había desaparecido ese mapa. Lily escuchó unos pasos por las escaleras y cuando levantó la cabeza para ver quién era reconoció esa cabellera pelirroja, tan estilo Weasley.
- ¡Rose! - se puso bien en el sofá - ¿Tú tampoco puedes dormir? - preguntó y acto seguido le hizo una señal para que se sentara con ella.

Ya que no pude volver a dormirme decidí leer un poco, así que bajé hacia la sala común con un libro que mi madre me había regalado.
Esperaba ser la única con insomnio, o quizás esperaba encontrarme con alguien conocido porque lo peor sería encontrarme con alguien que no me llevará muy bien.

Al bajar por las escaleras vi una figura femenina sentada cerca de la chimenea, al bajar más me di cuenta de que la conocía: poseía un cabello pelirrojo y piel pálida, los únicos así eramos...pues ¡Los Weasley! así que no pude evitar esbozar una sonrisa al ver que era Lily, quien además me llamó a sentarme junto a ella.
-Lils-. dije sentandome junto a ella.- Pues no, tengo un presentimiento o sueño que no me deja...Así que preferí venir a leer -. agregué enseñandole el libro.- Y que te despertó a ti